Hoy es el día Internacional de las familias y quería aprovechar para hacer un artículo sobre las múltiples variantes de familia según la personalidad y formas de educar de los padres.
Existen las Familias Rígidas que son aquellas que tienen dificultad para asumir los cambios evolutivos de los hijos/as. Los padres tratan a sus hijos/as como si fueran adultos y de forma autoritaria. Son educados con muchísima rigidez. Otro tipo de familia, son las Familias Permisivas que se caracterizan por la incapacidad de los padres para disciplinar a los hijos/as. Utilizan a menudo la técnica de razonarlo todo y explicarle al niño el porqué de cada cosa. Viven con malestar la posibilidad que sus hijos de enfaden y les permiten hacer lo que quieren. Vemos en este tipo de familia los roles invertidos y los hijos acaban decidiendo más que los padres. Existen, también, las Familias Sobreprotectoras que se basan por una excesiva preocupación por sobreproteger a sus hijos/as. Los padres no permiten el desarrollo y autonomía de los hijos/as pues son los padres que lo resuelven todo y así enlentecen la madurez de sus hijos/as. Estos no aprenden a defenderse, a afrontarse a los retos de su día a día. Son niños que dependen extremadamente de las decisiones de los adultos. Existe un tipo de Familia Centrada en los Hijos. Son adultos que no saben enfrentarse a sus propios conflictos y centran su atención en los hijos. La felicidad del adulto está en manos del niño. Este tipo de padres, busca la compañía constante de los hijos/as para no reconocer el vacío personal y/o de pareja que están viviendo. Observamos otro tipo de familias que son Familias Inestables que se caracteriza por no ser un sistema unido, los padres están confusos acerca del mundo que quieren mostrar a sus hijos por falta de metas comunes, les es difícil mantenerse unidos resultando que, por su inestabilidad, los hijos crecen inseguros, desconfiados y temerosos, con gran dificultad para dar y recibir afecto, se vuelven adultos pasivos-dependientes, incapaces de expresar sus necesidades y por lo tanto frustrados y llenos de culpa y rencor por las hostilidades que no expresan y que interiorizan. Por último están Las familias Estables que son un sistema unido. Los padres tienen claridad en su rol sabiendo el mundo que quieren dar y mostrar a sus hijos/as, lleno de metas e ilusiones. Les resulta fácil mantenerse unidos por lo tanto, los hijos/as crecen estables, seguros, confiados. Les resulta fácil dar y recibir afecto y cuando son adultos se muestran activos y autónomos, capaces de expresar sus necesidades, por lo tanto, se sienten felices y con altos grados de madurez e independencia.
Es muy importante aprender a poner límites. Los adultos que conviven con el niño tienen que estar de acuerdo acerca de los límites que debe tener: qué se le permite y qué se le prohíbe. Hay que ser cuidadoso con el castigo, porque si éste no se lleva a cabo adecuadamente, el niño no aprenderá lo que es bueno y malo, no fortalecerá su moral. Tal vez deje de hacer lo que se le censura por temor, pero no por convicción. Lo importante es que el adulto ejerza su autoridad de manera que le dé la oportunidad al niño de aprender algo de la experiencia.
"Educar a un niño es como sostener en la mano un jabón. Si aprietas mucho sale disparado, si lo sujetas con indecisión se te escurre entre los dedos, una presión suave pero firme lo mantiene sujeto".